Más que crisis deportiva e institucional del propio Club lo que me preocupa es mi propia crisis de transmisión del sentimiento perico a mis hijos. Un camino a la NADA.
Me hice perico en una época oscura del club estando también en segunda pero recuerdo con la ilusión de un niño los controles de Francisco , los centros de Arteaga , los 4 rusos que parecían fichados por Tarantino , la velocidad de Lardín o la irrupción de Don Raúl Tamudo. Todo ello dirigido por entrenadores con carisma a raudales como Camacho capaz de convertir un disparo en la pierna en un rasguño con cuatro gritos. Luego vino la exitosa y emocional época de Montjuïc dónde , por lo que fuere , a nosotros nos sentó bien el frío que tanto asusta a otros. Todo ello te animaba a sentirte plenamente orgulloso de ser perico contra quién o lo qué fuera.
Hoy miro de pasar ese sentimiento a mis hijos para intentar tener algo en común con ellos dentro de 10,20 o 30 años pero tengo muchas dudas de seguir haciéndolo. Prácticamente NADA me invita a ello. Ni la dirección de gente que nos mal dirige desde la distancia y apatía. Ni el nulo orgullo de jugadores sean de fuera o de casa. Ni el abandono paulatino de nuestro mayor orgullo que era nuestra cantera. Ni cómo se ha politizado parte de nuestra afición. Ni como se nos trata a los socios cada año siendo simples clientes.Ni como el club nos vende camisetas y tazas haciendo de nuestras miserias un eslogan de Mr Wonderful. NADA me invita a ello , no me quedan argumentos porque la sensación es que esto no va a cambiar a corto ni medio plazo y que vamos camino al abismo y al ostracismo como club.
Estoy tan convencido de ello que mi hijo tiene la camiseta oficial de este año y a los Reyes Magos le hemos pedido la de Pacheco (tela… ).
Pero en mi carta está que , por favor ,aparten de nuestro camino a incompetentes , malversadores , aprovechados , ( aquí metería un abrazafarolas) e interesados y gente sin alma de nuestro club. Pido volver a sentirme orgulloso o como mínimo no tener que avergonzarme.
Dejad de jodernos! ( Que alguien haga una taza)